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Hoy para escuchar música elijo al cuarteto Il Divo, con villancicos a ritmo de ópera, pero son muchas las canciones que me gusta escuchar una y otra vez en Navidad, por ejemplo a Camarón de la Isla y su villancico "La Virgen de la sopa", "Los campanilleros" de la Niña de la Puebla", "No lloréis mis ojos", de un poema de Lope de Vega y a Mercedes Sosa con "La Peregrinación".
Ubico en un rincón el nacimiento y al mirarlo, la infancia me parece más dulce, confiamos en la madre, toda nuestra vida se encierra en su mirada y esa mirada es nuestra sonrisa. Al mirar a esta familia cabe dar las gracias a todas las madres, por ese espíritu de servicio, que tanto ha dado sentido a sus vidas y a todos los padres, por la felicidad de estar siempre ocupados. Hoy he recordado cómo la mía me enseñaba a hacer las estrellas navideñas de cinco puntas, las recortábamos en papel plateado, porque todo brillo es sinónimo de luz.
Ubico en un rincón el nacimiento y al mirarlo, la infancia me parece más dulce, confiamos en la madre, toda nuestra vida se encierra en su mirada y esa mirada es nuestra sonrisa. Al mirar a esta familia cabe dar las gracias a todas las madres, por ese espíritu de servicio, que tanto ha dado sentido a sus vidas y a todos los padres, por la felicidad de estar siempre ocupados. Hoy he recordado cómo la mía me enseñaba a hacer las estrellas navideñas de cinco puntas, las recortábamos en papel plateado, porque todo brillo es sinónimo de luz.
Por último coloco mi árbol con pájaros en las ramas, bolas en el techo, corazones en las ventanas, y queda todo tan bonito, que casi nos olvidamos del frío de la noche y de la niebla de esta ciudad amada, y por si fuera poco, una rosa nunca falla y hace frente a la metáfora del frío y la niebla del mundo.
Entre coros cantando, arreglos, ornamentos y mil cosas bellas, como dice una amiga mía, días de pan y fiesta para el pueblo. Sabemos que la Navidad no es un momento, ni una estación, sino un estado de la mente, si no la llevas dentro no la puedes vivir sino como un día cualquiera.
Por eso nos felicitamos, para que la dicha nos abrace fuertemente a todos y porque todavía hay Navidad. De nosotros depende saborear este momento especial que la vida nos sirve en bandeja cada año, cuando los lazos unen y las campanas son alegrías.