El tucán, simpático, sociable y juguetón es una de mis aves favoritas por sus movimientos, chillidos, piruetas y sobre todo por sus llamativos colores, su nombre deriva de tucano de los indios tupí de Brasil.
Otra de mis favoritas es el colibrí, al que nunca pude fotografiar a pesar de que acudía por las mañanas a la barandilla del porche, no hubo forma dado su constante movimiento, a mi me parecía una joya con alas, como brillante mariposa; allí donde hay gotas de rocío está él.
En la localidad de La Muela, a 23 Km. de Zaragoza nos encontramos con este parque de recreo que visité ayer. Hoy con la intención de cambiar de tercio a las noticias negativas instaladas últimamente en el blog, veamos algo distinto, una naturaleza que no deja de sorprendernos por tener especies extraordinariamente bellas y delicadas.
Las plantas proporcionan al entorno el abigarrado e insólito aspecto que lo transforma en un paisaje raro y sobrecogedor.
Son muchas las veces que comentamos la dificultad que tienen los niños de la gran ciudad para reconocer los animales próximos a la vida doméstica rural. Esta carencia ha sido suplantada por las granjas escuelas.
Este aviario inicia su recorrido en un granja y el sendero te conduce a las aves en jaulas o en total libertad. Desgraciadamente aquello que ha sido respetado por otras civilizaciones pronto ha sido víctima de la ciega rapacidad de la especie humana. Leyendas hay muchas entre las cuales se cuenta que si alguna de estas aves es capturada muere de pena por un fallo de corazón.
La cámara de fotos fue imprescindible para fotografiar pavos reales, faisanes, periquitos, guacamayos, cotorras, aves exóticas y plantas tropicales.
Según las crónicas de Indias, una de las cosas que más pasmó cuando se puso pie en el nuevo mundo fue el brillante y variado colorido de las aves que los indios ofrecían como presentes. Y no se engañaban los cronistas al resaltar la belleza de los pájaros, porque en ningún otro continente el mundo de las aves resulta tan rico como en América.
Picos afilados y crestas como abanicos, vistosos penachos del color del fuego sobre fondo verde, llamativas plumas en el dorso, sueltas, suaves y sedosas, de tal forma que el pájaro parece envuelto en alguna mantilla que vibra con la brisa; algunos poéticos naturalistas han designado a estas aves con adjetivos como brillantes llamaradas o cometas fulgurantes.
Los nobles aztecas llevaban en sus atuendos largas plumas de color esmeralda, las plumas del quetzal, ave mitológica llamada también serpiente de plumas, ave que aparece en el escudo de Guatemala.
Sin la intervención de algunas de estas aves responsables de la polinización de las plantas y árboles del continente americano, la selva Amazónica se vería en peligro.
Deseo que les haya gustado, todo es cuestión de imaginar un rapidísimo movimiento de alas que alcance tal velocidad que una larga nota sea el sonido armonioso que nos recuerde al violín.
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