Unida por el mismo tema al comentario de Fátima, del blog "corazones africanos" escribo hoy sobre lo que hemos oído tantas veces, que hay países de Centroáfrica que podrían ser un paraíso porque las minas de diamantes abundan y la renta per cápita es altísima, lo que pasa es que la explotación de los diamantes está en manos extranjeras y digo diamantes como pueden ser también las esmeraldas o el coltán; los trabajadores ganan poquísimo y la vida está muy cara. La gente, sobre todo los jóvenes, viven de las migajas, buscando diamantes entre la tierra almacenada para cribar en el agua. Aun así les bastaría para vivir si no fuera porque lo que ganan lo usan para todo menos para lo que les haría falta. Esto lo contaba un Misionero Comboniano en una de sus cartas desde un lugar llamado Boda, los boletines de Combonianos me llegan a casa desde hace muchos años y me permiten estar enterada sobre lo que sucede en el mundo en su peor cara porque la mejor cara es la labor de ellos.
Hemos visto en alguna película cómo los diamantes sirven para costear los gastos de los conflictos bélicos ya sea Liberia, Angola, Congo o Sierra Leona y se utilizan niños para su extracción por su fácil acceso a las estrechas galerías.
Como puede verse en la película “diamantes ensangrentados” hoy se puede decir que el lucro rápido hace también que la vida difícil y sin perspectivas de futuro resulte una tentación. La juventud sueña con vivir lo mejor posible y ve en los diamantes la única salida a su miseria, tanto familiar como personal. Conseguir una monedas para ir viviendo les hace abandonar la escuela y hacerse ilusiones de que trabajando podrán ayudar económicamente a sus familias. Las dos cosas son una falacia, ya que ni estudian ni llegan a ahorrar para sacar a la familia adelante.
Así el analfabetismo aumenta, además sucede que cuando los jóvenes van en busca de diamantes, trabajo muy duro y que requiere mucha fortaleza física, descuidan la alimentación y por tanto, los problemas de salud aparecen.
Aquí no hay mas desayuno con diamantes que el de la célebre película de Audrey Hepburn. Un diamante es para siempre es el título de una lejana canción que se hizo muy popular en los anuncios de televisión como slogan publicitario propio del día de San Valentín, se nos hizo creer que esta joya deseada era símbolo de amor eterno, además de tratarse de una buena inversión pero nadie nos dijo al estudiar la escala de Mohs, la que coloca en cabeza al más duro de los minerales, que estuviera comprado como el toro, a precio de sangre y que fuera casi un monopolio, un mercado negro lleno de mafias donde la carestía se debe a su escasez.
Hemos visto en alguna película cómo los diamantes sirven para costear los gastos de los conflictos bélicos ya sea Liberia, Angola, Congo o Sierra Leona y se utilizan niños para su extracción por su fácil acceso a las estrechas galerías.
Como puede verse en la película “diamantes ensangrentados” hoy se puede decir que el lucro rápido hace también que la vida difícil y sin perspectivas de futuro resulte una tentación. La juventud sueña con vivir lo mejor posible y ve en los diamantes la única salida a su miseria, tanto familiar como personal. Conseguir una monedas para ir viviendo les hace abandonar la escuela y hacerse ilusiones de que trabajando podrán ayudar económicamente a sus familias. Las dos cosas son una falacia, ya que ni estudian ni llegan a ahorrar para sacar a la familia adelante.
Así el analfabetismo aumenta, además sucede que cuando los jóvenes van en busca de diamantes, trabajo muy duro y que requiere mucha fortaleza física, descuidan la alimentación y por tanto, los problemas de salud aparecen.
Aquí no hay mas desayuno con diamantes que el de la célebre película de Audrey Hepburn. Un diamante es para siempre es el título de una lejana canción que se hizo muy popular en los anuncios de televisión como slogan publicitario propio del día de San Valentín, se nos hizo creer que esta joya deseada era símbolo de amor eterno, además de tratarse de una buena inversión pero nadie nos dijo al estudiar la escala de Mohs, la que coloca en cabeza al más duro de los minerales, que estuviera comprado como el toro, a precio de sangre y que fuera casi un monopolio, un mercado negro lleno de mafias donde la carestía se debe a su escasez.
Os muestro estas fotos que hice en Amberes, donde existe la Bolsa de Diamantes, es una vitrina de alta seguridad, como todo el edificio, está blindado y el barrio vigilado permanentemente por la policía. Los vimos tallar porque así se hace desde el siglo XV en esta ciudad belga donde predomina la palabra DIAMOND. Israel se coloca en el primer país de comercialización y pulido. Este maletín contiene los diamantes más famosos del mundo. Algunos de sus nombres son: The Regent, The Hope, Polar Star, The Great Mougul, The Florentine, Tiffany, The Nassak, Stewart, Eugene, Dresden Green, Star of South África, etc.
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