PONTE EN SU PIEL
Basta con adentrarse en cualquier página sobre el tema para quedar impactados por los daños físicos y psicológicos que intencionadamente propician unos hombres a otros de maneras tan distintas como crueles. La tortura puede ser con golpes, fracturas, pinchazos, cortes, quemaduras, descargas eléctricas, violación, ahogamiento, privación de sueño, castración... Y también la humillación, el aislamiento, la desnudez en los interrogatorios, la manipulación de la información, la falsedad sobre familiares y amigos, la mentira, la desorientación mental, la simulación de ejecución.
La historia ya nos ha mostrado con textos e imágenes la suerte de las víctimas, desde tiempos remotos (azotes, cruces, lapidación) y sin embargo la tipificación de un delito varía según el país que lo regula. No hay justificación legal aunque un régimen la practique basándose en que el detenido es terrorista, subversivo o altamente peligroso.
Pidamos que desaparezca la barbarie en nombre del progreso y la evolución.
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