Lo grito aquí: ¡Paz! Y lo grito
Llenas de llanto las mejillas.
¡Paz, de pie! ¡Paz! ¡Paz, de rodillas!
¡Paz hasta el fin del infinito!
No otra palabra, no otro acento
Ni otro temblor entre las manos.
¡Paz solamente! ¡Paz, hermano!
Amor y paz como sustento.
Rafael Alberti.
La misión y tarea de mucha gente pasa a veces inadvertida, son los que trabajan en las ciudades del mundo llevando un poco de aire fresco a esta noche oscura. Tenemos el ejemplo de los cascos azules, que guiados por la imparcialidad y bajo una única bandera no son fuerzas que se envían a un lugar con la intención de acabar con un conflicto mediante las armas, sino que forman parte del rompecabezas, un puzzle que al final está completo y en el que se incluyen las víctimas, los verdugos, la ley y sus representantes, la cooperación internacional y también, como trasfondo, la locura. Ellos tratan de disipar tensiones, prevenir enfrentamientos y usan la fuerza sólo en caso de legítima defensa; prestan servicios médicos, investigan accidentes, supervisan el buen desarrollo de las elecciones, se encargan de reasentar refugiados, patrullan zonas desmilitarizadas, controlan el movimiento de armamento, etc. etc.
Para honrar su memoria se celebra este día y para rendir homenaje a los que prestan servicio en operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, por procurar la seguridad internacional, no siempre con éxito, con el consentimiento del gobierno del país en el que se instalan, vigilando por la legalidad y con dedicación y profesionalidad, pero en esta labor hay también personal civil con una participación tan importante como la del personal militar, son los policías, observadores, personal de la Secretaría General, personal local contratado, expertos de la ONU, voluntarios y otros muchos funcionarios que se ocupan de crear hospitales y escuelas, administrar cárceles, asignar tierras a los ex combatientes, mediar ante las partes implicadas....
Vaya el poema de Alberti para los que perdieron su vida en este ejercicio de gozo y dolor, que no fueron sino profesionales de la libertad.
Llenas de llanto las mejillas.
¡Paz, de pie! ¡Paz! ¡Paz, de rodillas!
¡Paz hasta el fin del infinito!
No otra palabra, no otro acento
Ni otro temblor entre las manos.
¡Paz solamente! ¡Paz, hermano!
Amor y paz como sustento.
Rafael Alberti.
La misión y tarea de mucha gente pasa a veces inadvertida, son los que trabajan en las ciudades del mundo llevando un poco de aire fresco a esta noche oscura. Tenemos el ejemplo de los cascos azules, que guiados por la imparcialidad y bajo una única bandera no son fuerzas que se envían a un lugar con la intención de acabar con un conflicto mediante las armas, sino que forman parte del rompecabezas, un puzzle que al final está completo y en el que se incluyen las víctimas, los verdugos, la ley y sus representantes, la cooperación internacional y también, como trasfondo, la locura. Ellos tratan de disipar tensiones, prevenir enfrentamientos y usan la fuerza sólo en caso de legítima defensa; prestan servicios médicos, investigan accidentes, supervisan el buen desarrollo de las elecciones, se encargan de reasentar refugiados, patrullan zonas desmilitarizadas, controlan el movimiento de armamento, etc. etc.
Para honrar su memoria se celebra este día y para rendir homenaje a los que prestan servicio en operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, por procurar la seguridad internacional, no siempre con éxito, con el consentimiento del gobierno del país en el que se instalan, vigilando por la legalidad y con dedicación y profesionalidad, pero en esta labor hay también personal civil con una participación tan importante como la del personal militar, son los policías, observadores, personal de la Secretaría General, personal local contratado, expertos de la ONU, voluntarios y otros muchos funcionarios que se ocupan de crear hospitales y escuelas, administrar cárceles, asignar tierras a los ex combatientes, mediar ante las partes implicadas....
Vaya el poema de Alberti para los que perdieron su vida en este ejercicio de gozo y dolor, que no fueron sino profesionales de la libertad.
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