Repite: El mundo está en paz y yo también

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sábado, 14 de marzo de 2009

LA CÁRCEL. HAZME LIBRE Y PONME ALAS

SÓLO LO QUE SE HACE CON AFECTO, TIENE EFECTO.








LAS CÁRCELES (fragmentos)

........Las cárceles buscan a un hombre, buscan un pueblo, lo persiguen,
lo absorben, se lo tragan.
Porque un pueblo que grita libertad, vuela al cielo.....
Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero.
Ata duro a ese hombre......
Son muchas llaves, muchos cerrojos,
no le atarás el alma.



POEMA DE MIGUEL HERNÁNDEZ



Esta ha sido la primera vez que consigo adentrarme en el mundo de la población reclusa y ello me ha permitido conocer sobre el terreno lo que es el interior de una prisión de máxima seguridad fuera de España. Quizás si todos tuviéramos la oportunidad de averiguar lo que hay de puertas para adentro, podríamos entender un poco más acerca de estas personas, el mundo en el que viven, cuales son sus necesidades y de qué manera se puede colaborar. Lo que quiero contar es la labor que es posible hacer desde el voluntariado en los centros penitenciarios, me refiero al compromiso que de hecho, ya tienen algunas personas que dedican parte de su tiempo a favor de los que viven privados de libertad.
El nombre de esta prisión no importa ni siquiera el motivo del ingreso, ésta sólo representa a otras muchas mejores o peores que ni siquiera conozco. Hoy está en boga la palabra reinserción cuando nos referimos a las personas encarceladas; también se menciona el respeto a los derechos de los internos y a esa acción social como modo de integración.
En la puerta se encontraban abogados y familiares a la espera del horario de visitas, establecido durante 4 horas por la mañana y 2 horas por la tarde; hay madres, hijos, ancianas, esposas o novias pues se trata de una cárcel para varones.
Nos recibió el encargado de acompañarnos durante toda la mañana para mostrarnos las instalaciones, nos cuenta que la primera pregunta que hace a la persona que ingresa es conocer el grado de estudios para poderles dar desde el primer día una ocupación. Nada más entrar se quedan con nuestro pasaporte mientras otro funcionario anota en el libro de visitas los datos personales, a continuación nos colocan al cuello una tarjeta con cordón de la policía nacional en servicios penitenciarios cuyo anagrama son dos ramas de laurel, un edificio y dos fusiles cruzados. En la tarjeta pueden leerse artículos y leyes que recuerdan las siguientes obligaciones: acreditar la identidad y dejar la documentación en custodia de los encargados de autorizar el ingreso, indicar el nombre del interno que se visita, en nuestro caso "ciudadanos". Acceder a la requisa personal que nos realizan en una sala habilitada para registro, imponiéndonos un sello que hay que volver a mostrar a la salida, dicho sello es distinto para hombres y mujeres.
SELLO DE CONTROL Y ACCESO PARA VISITANTES


A continuación se debe acceder al registro de los objetos que se pretende introducir en el establecimiento, con la opción de poder dejarlos en recepción, se prohíbe llevar dinero ya que el centro no se responsabiliza de lo que pudiera suceder. Se pide respetar las instalaciones y el mobiliario, abstenerse de sustancias prohibidas y no se permite el acceso a personas bajo los efectos de alcohol o drogas así como la toma de fotografías en el interior.
Cada persona se ocupa de su celda y de su jardín, si no está bien cuidado existe una sanción. Algunos reclusos confeccionan balones de reglamento y los hacen a mano, cada persona suele hacerse dos balones diarios, como mucho, los más rápidos llegan hasta tres balones, obteniendo unos ingresos por unidad. Tienen un taller de carpintería por la que los internos pagan por horas la electricidad que consumen las máquinas. Nadie financia nada, el gobierno de ese país se desentiende y se observa carencia de muchas herramientas que serían necesarias para su trabajo. En el taller se trabaja el cedro, el pino y la mara, una madera fina, bastante cara, de la familia de la caoba. Visitamos algunas celdas para ver las obras artísticas de los internos, casi siempre en pirograbado, las cuales suelen realizar por encargos, nos gustaron tanto que no pudimos evitar comprar algunos cuadros.

CUADROS EN PIROGRABADO REALIZADOS POR ALGUNOS DE LOS PRESOS.



Cada uno tiene que proporcionarse el dinero vendiendo algo pequeño y con ese dinero comprar material para hacer otro más grande, las máquinas son de 1989. Hay un taller de artesanía, otro de cerrajería y voy tomando nota del espléndido campo de fútbol, del campo de vóley playa con arena, de las dos piscinas que serían beneficiosas si se utilizaran para terapia, pero no tienen filtro, algo muy necesario y del que esperan que llegue como donación porque no hay suficiente presupuesto, de momento las piscinas se utilizan para regar los jardines. Hay una sala de gimnasia con cuatro aparatos antiguos gastados del uso, algunos como las mancuernas, de confección casera (saco de boxeo, bicicleta estática, abdominales y pesas). El recinto está muy limpio, los internos lavan y tienden su ropa, el espacio es amplio y soleado, reproduce bastante bien lo que es un hogar, tienen plaza y un pequeño bar, cada preso puede tener un perro siempre que se encargue de cuidarlo, los hay de todas las razas, gran danés, bull terrier, pit bull, pastor inglés, mastín y cuando pregunto si hay algún doberman me responden que "está pasado de moda". Crían gallos de pelea, los entrenan durante un mes para ganarse un dinero. Vemos las dos iglesias, la mayoría son católicos seguidos de protestantes, siendo obligado el culto religioso una vez a la semana en cualquiera de ellas. Recuerdo que mientras ellos tocaban varios instrumentos musicales, pudimos acompañarles cantando con el coro de la prisión. Las aulas tienen sólo 2 pupitres y una pizarra y la biblioteca cuenta con tan pocos libros que decidimos comprar ejemplares de diversos géneros para que tuvieran más temas y autores con los que entretenerse en momentos de lectura.
A la hora de hacer un resumen son muchas las reflexiones que anoté en mi cuaderno y pude ver que las desigualdades siguen marcando la vida de los que cumplen la pena y que dentro de estos lugares no se remedia nada, ni se evita nada ni se redime a nadie porque aunque la cárcel no debe ser un lugar para la venganza de la sociedad, también dentro de ella existe el delito, se producen homicidios, extorsiones, tráfico de drogas, etc. Nadie se manifiesta por los presos ni contra ellos y a excepción de los motines incontrolables, raras veces son noticia en los medios de comunicación.

Dentro de la complejidad y problemática del mundo de la cárcel, por su estructura y por la vida de sus moradores sólo los que lo conocen y lo sufren pueden hablar de él. La población reclusa respira agresividad, hay enfrentamientos de bandas y la convivencia es tensa, muchas veces el tiempo libre es mal empleado y se reduce a permanecer en el patio pasivamente intercambiando experiencias poco constructivas.
Fueron muchas las sensaciones, incluso pensé al traspasar la puerta que ellos no tuvieron quien les enseñara a orientar su vida. Y no pude olvidarme del daño producido a las víctimas, daño que también percibe quien lo comete, aflorando en mí un sentimiento de compasión ya que de algún modo también ellos son víctimas. Muchos son analfabetos, otros drogodependientes, unos no supieron cuidar de sí mismos, los hay que arrastran una enfermedad mental, los que están cargados de resentimiento e incluso los que no tienen familia que les quiera. Un momento bastante emotivo fue cuando un preso joven, por cierto, un gran pintor, nos acompañó hasta la salida, nos despidió con un abrazo diciéndonos: "yo hasta aquí, no puedo pasar más allá".
Por eso el trabajo que se puede hacer desde el voluntariado es una labor humana y social que no tiene precio, se trata de no añadir a la condena de su delito la condena de la sociedad. Seguramente entonces se pudiera decir como dijo el poeta: " tu presencia, soledades me quita, cárcel me arranca".

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