Repite: El mundo está en paz y yo también

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sábado, 11 de noviembre de 2017

MI VIAJE: DESDE RUSIA CON HUMOR

Catedral de San Basilio en Moscú, de indudable influencia bizantina.

San Salvador sobre la Sangre derramada en San Petersburgo, se refiere a la sangre del zar Alejandro II que falleció en un atentado terrorista en este mismo lugar. De la primera bomba salió ileso pero al intentar ayudar a los heridos, fue la segunda bomba la que acabó con su vida.

 Pues bien, con las ganas de saber lo que se cuece en este extenso país, hacia allí nos dirigimos cuando los días son más largos y tenemos la suerte de disfrutar de un clima primaveral.

Flores en las terrazas de la Plaza Roja de Moscú

Fortaleza de Pedro y Pablo en San Petersburgo

De su pasado soviético a su magistral legado artístico, averiguo que ha sido posible la convivencia de más de 100 étnias, varias religiones y una herencia histórica que ha marcado en sus habitantes un carácter que a todos nos parece disciplinado y serio, ellos lo saben, lo mismo que corroboran la belleza femenina muy por delante de la masculina. Serios pueden serlo, antipáticos no, hay personas tan amables que te acompañan hasta el monumento para que no te pierdas.

Matrioskas

Huevos Fabergé

En un principio, me sorprende que no haya guías turísticas editadas sino pequeños librillos que un par de editoriales han dedicado al viajero, y lo hacen sobre las dos principales ciudades del país, separadas por unos ochocientos kilómetros.  Se preguntarán por qué he titulado este post "Desde Rusia con humor", así lo eligió mi amiga Mari, para recordar nuestro buen ambiente durante el viaje, a las demás nos pareció muy acertado, ya que "Desde Rusia con amor", lo sabéis todos, es el título de una película del Agente 007



Preguntaban en una entrevista a Ángela Merkel sobre la nueva generación de políticos y le hacían comparar entre Putin y Macron, y ella muy diplomática respondía: "No me rodeo de nadie, tengo contacto con políticos por la naturaleza de lo que hago, la simpatía lo hace todo más fácil pero tengo la obligación de entenderme con mis pares incluso cuando esa simpatía no la sirvan en bandeja......"
Comida en el Café Singer, a su vez librería y tienda.


Salmón y caviar rojo


Las sopas son muy consumidas en Rusia, la más famosa es el borsh, cuyo ingrediente básico es la remolacha que le da el color granate inconfundible, se come con smetana (nata agria).  Los huevos y la leche, son de excelente calidad, cualquier producto gastronómico es poco industrial lo que hace que recordemos los sabores de antaño.

Se puede decir que hemos aprendido muchas cosas durante las vacaciones, no hablaré de política pero podría añadir la información que hemos obtenido de primera mano del ciudadano, mayoritariamente mujeres jóvenes, pues nos hemos encontrado con algunas valientes, cultas e inteligentes, con ganas de luchar e ideas expresadas tan claras como el agua.  Añadiré que tabaco, alcohol, prostitución, homosexualidad y drogas, conllevan multas y hasta detenciones en prisión, las leyes rusas son muy severas.

Aquí tenemos el edificio donde se encuentra el despacho del Presidente, permanentemente vigilado y restringido a la libre circulación, si intentas cruzar te llaman la atención con un silbato

En este país es grande la desproporción entre la miseria y la opulencia y son supervivientes de los tiranos y opresores de todos los tiempos.  Personas y ciudades no son excitadas y bulliciosas sino tranquilas, o más que tranquilidad podríamos hablar de orden, el dinamismo de los tiempos modernos se contrapone con la sabiduría de saber encontrar un momento para detenerse y disfrutar de sus costumbres, de la religiosidad o la naturaleza.

Sede Central del Gobierno de la Federación Rusa

Lejos también me quedan aquellos días (Mayo del 92) en que leí “Moscú sin brújula” del periodista Alfonso Rojo, cuando no me quería perder nada de lo que ocurriera en el país de todas las Rusias. Ahora tengo a mi alcance, los testimonios llenos de cruda realidad o delirante grandeza, según sea el interlocutor, tal vez sea Katia, la más moderada de todos.
Bandera de Rusia a la izquierda y a la derecha la bandera de San Jorge, patrono de la ciudad de Moscú.

Allá en la capital del extremo de Europa, once son las torres de la catedral de San Basilio, un bizarro edificio sobre la plaza Roja.


En la actualidad ya no hay limitada oferta en los supermercados y tiendas moscovitas, aquello pasó a la historia, como pasaron las antiguas casas de dos pisos, de madera, hoy no dejan de repetirnos que la antena de TV, está situada en una torre de 525 m. de altura, la más alta del mundo, o la Catedral dedicada a quien predijo la muerte del hijo de Iván el Terrible a manos de su propio padre.
Catedral de Cristo Salvador, edificada para recordar la victoria del ejército ruso contra Napoleón.  Stalin ordenó la demolición de este edificio que fue dinamitado.
El lago de los cisnes y el Monasterio de las Doncellas

 Me parece que Moscú es tan mundana como la que más y sólo en el medio rural el aspecto sencillo del campesino, incluye el pañuelo multicolor en la cabeza y las botas de fieltro, ha llegado a ser lo que muchos vaticinaban, una gran capital del futuro, me gustó la torre de Spasky con su bonito reloj, creo que con ese nombre también hubo en Rusia un jugador de ajedrez, números uno donde los haya en este juego de mesa,  impresionante es también el edificio de la Universidad de Lomonossov, apellido de un científico ruso.

Fuente del Parque de la Victoria

Confieso que no soy buena bebedora de vodka, pues jamás tomo este tipo de licores de un solo trago, como mandan los cánones, un licor por cierto que fabricaban los aristócratas desde tiempos inmemoriales hasta que Iván el Terrible lo monopolizara, esta bebida  supone 30000 muertes al año por cirrosis y 100000 niños que abandonan sus hogares para vivir en las calles, niños entre 8 y 14 años que viven en las estaciones de tren, en el 2004 hubo un documental titulado “Los niños de la estación de Leningrado”, os dejo el enlace, cuando lo vi me impactó.
https://youtu.be/KLciV07XVwg
No se lo pierdan aunque sea dramático, piensen que es real, fue nominado al Oscar, y en él vemos a los menores pasar de la brutalidad de sus casas a la brutalidad policial de las calles...

Aunque el frío es intenso para todos, en el campo el árbol más simbólico es el abedul, la leña en invierno es primordial, junto con el alcohol con el que sobreponerse a las bajas temperaturas, el vodka es una bebida, que por otra parte, es fácil de adulterar.  En una tienda de recuerdos y artesanía, a modo de recibimiento nos ofrecieron un chupito de buen vodka de centeno fermentado.

Plaza Roja

Los guías nos siguen ofreciendo datos sin cesar, Pedro I "El grande", no apodado así por su elevada estatura sino porque fue quien realmente logró hacer próspera a la nación con sus reformas que convirtieron a Rusia en una potencia un poco más europea.

Cuentan que Catalina II, la zarina apodada “La Grande”, en cuyo mandato reinaron pompa y boato, regalaba vodka a Goethe y a Voltaire, entre otros, no es poca la curiosidad de saber que pasó y por qué han desaparecido los juguetes eróticos que coleccionaba para su uso íntimo y personal, utensilios que dejó mudos de asombro a cuantos tuvieron ocasión de contemplarlos.


A día de hoy parece que sigue existiendo preocupación  por averiguar el talento que se oculta en el cerebro ya momificado de Lenin.

La hilandera

Atravesando la calle en bus, encontramos la tabla periódica de los elementos, cuyo autor fue el químico Mendeleyev. Te hablan de Andropov, de Gorki,  este último se autodenominó el amargo, escuchamos hablar de literatura, de investigación, de la carrera espacial y de la inversión armamentística, en general, todos insisten con el triste recuerdo del sufrimiento pasado, de las penurias y el frío, de la 2ª Guerra Mundial, del asedio a la ciudad de Kiev, de la batalla de Leningrado, cuyo cerco fue terrible, entre bombardeos e inanición, hubo canibalismo, y hasta comieron ratas, caballos, gatos y perros.

En el Monasterio de San Sergio (Serguei Posad)

Sacerdote ortodoxo

 Con todo, Rusia es mucha Rusia porque sus gentes tienen una dignidad aplastante, una paciencia infinita, y una resistencia fuera de lo común, pero hay que añadir que el comunismo feroz y extremo, se cobró tantas vidas como hiciera el nazismo, llegados a este punto, la guía  conviene en separar a los nazis de los alemanes, aclaración que bajo mi opinión no era necesario hacer.  Aseguran que no hay familia que en aquella época no quedara marcada. Doce millones de rusos fueron exterminados en campos de concentración, lo triste es que muchos de ellos no entendían de política.

Columnas de malaquita y lapislázuli

Descubrimos algo sobre la pesca ilegal del esturión, y nos llega a sorprender que un intelectual bien preparado deba compartir habitación alquilada porque su salario no alcanza para otra cosa, alguien nos informa que en las casas de campo no hay aseo ni calefacción ni agua corriente, sí diremos que la calefacción en la ciudad es central y a veces la alta temperatura obliga a abrir las ventanas, que San Petersburgo no tiene agua potable, que no están permitidas las manifestación o protestas, las cuales están penadas con la cárcel, que aquí como allá, las leyes son ambiguas y a veces no se cumplen, si acaso los de mayor edad recuerdan con agrado y echan de menos la cantidad de alimentos asignada en épocas del comunismo, que permitía tener un sustento fijo por familia, cosa que ahora es impensable, aunque sepan que cualquier tiempo pasado fue peor y más si nos remontamos a los años más duros, la guerra obligaba a cocer cinturones de cuero para poder comérselos o a robar niños con la intención de saciar el hambre, no es exagerado lo que digo, nuestra guía nos asegura que su niñera fue un bebé secuestrado para tal fin, a quien las autoridades consiguieron rescatar tras la denuncia de su madre.

La Gran Mezquita de Moscú

Nadie nos habla de las malas relaciones entre la iglesia ortodoxa y el gobierno de Stalin, de 1600 iglesias, se cerraron dejando sólo 100 abiertas al culto, a las cerradas se les dio un nuevo uso como tiendas, gimnasios, piscinas u hoteles. En otros tiempos, bautizar a un hijo en la iglesia podía servir para que te deportaran a Siberia. El guía nos asegura que el número de creyentes es muy elevado sin embargo, las cifras dicen que es el 50% de la población. Pudimos ver el culto  que se realiza de pie, desde antiguo, aunque por entonces solía durar varias horas.

El ballet clásico
Los palcos

El público frente al escenario
los bailarines de folklore
Teatro Bolshói
Teatro Alexandrinsky


El tren express llegando a Moscú, atravesando bosques tras una noche de viaje.


A los rusos les encanta la combinación de alcohol, mujeres y poesía, especialmente el admirado Puskin, poeta a quien ayer se le dejó morir sin la debida asistencia y hoy se le encumbra, la muerte estaba asegurada, pues el duelo que le llevó a la tumba fue contra un militar francés experto en tiro y de certera puntería.

Catedral barroca de Smolny

La guía se refiere a los hombres con el término “macho ruso”, tal vez quiso decir varones, pues presume el país de hombres fornidos, grandes como armarios, no así Gagarín con su 1,57 de estatura, talla que fue clave para poder entrar en una nave espacial de dimensión reducida.
 A uno de nuestros guías, Andrei,  le encanta hablar del parque automovilístico donde reinan los Lamborghini, los Ferrari o las Harley, si le digo que algo me ha gustado mucho, su respuesta es "por supuesto".

El Metro de Moscú

Hoy lo que mantiene en vilo a los rusos es la Copa Mundial de Fútbol del próximo año, sabedores de que las posibilidades de no triunfar son muchas, si bien en el pasado destacaron en este deporte. Nada se nos dice de Boris Pasternak, y no sé si se debe a su imposibilidad de editar sus obras en la Unión Soviética, hubo de hacerlo en Italia, a que fuera más sentimental que político, o a que rechazara el Premio Nobel de Literatura en el año 58.
También entre las costumbres de la vieja Rusia, que subsistieron después de la revolución de Octubre, había una particularmente brutal, que consistía en que los maridos podían pegar impunemente a sus mujeres cuando les viniera en gana, sin que éstas tuvieran derecho a quejarse.


 Tampoco se habla de Dostoievski, desterrado en cárceles siberianas.  Ya en el siglo XIX, Rusia estaba sumida en un gran atraso, comparada con el resto de Europa, seguía vigente la estructura feudal, con señores, siervos, látigo y pobreza. Hoy lo que percibe el turista son las tiendas históricas, las amplias avenidas, algunos monumentos que han sido levantados gracias a la colecta nacional de muchos años, los puentes, los jardines afrancesados y un barroco admirable.

Catedral de San Isaac

Visitamos El Metro de los años 30, cuyas estaciones tienen mosaicos, vidrieras, lámparas de cristal, mármol, esculturas en bronce y pinturas representando a obreros de las calles, trabajadores con sus herramientas, granjeros y espigadoras.  Recordemos que hace 7 años murieron 39 personas en un atentado en dos estaciones y que los altos dirigentes y funcionarios utilizaban limusinas en sus desplazamientos.

No faltan campesinas con sus gallinas, operarios de las fábricas con sus herramientas, espigas de trigo que nos recuerdan a una nación que un día fue el granero del mundo
En lo artístico, es inmejorable por no decir único, es una obra de arte subterránea, donde las escaleras prácticamente en vertical son un auténtico refugio por su profundidad, la rapidez del tren y su frecuencia está hecha para personas intrépidas y no deja de fascinarnos la limpieza de sus estaciones, que muestra a una población rusa extremadamente ordenada y educada.



Si me preguntaran qué se puede ver allí, diría que tiendas espléndidas, rascacielos, espectáculos, mercados, diría que podemos hallar fácilmente ese “capricho” que andamos buscando, diría que una y otra vez los más osados no se cansaran de repetir y recordarnos sus grandezas y poderío.


No añado más, no existe confusión en ninguna de las dos grandes ciudades, y no hay descanso si se quiere visitar los templos icónicos y palacios dejando atrás la ruta turística básica que pasa por conocer una pequeña muestra nada más.



Lo activo de los negocios le dan un aspecto cosmopolita y singular, porque las dos principales capitales me han parecido  un tentador escaparate, si bien no puede presumir de horas de sol, apenas dos meses y de esos 60 días, tan solo una hora de sol sirve para añadir un día más a la lista.



No me queda duda de que los rusos de esta nación santa y mártir, son fieles a sus ideas, con deseos de avanzar, así nos lo dicen, se sienten preparados para cambiar aquello que no les gusta, son personas laboriosas, serenas y de mucho temple.


Como en otros lugares del mundo, las normas y precauciones son muchas y nos producen cierta sensación de intranquilidad, que casi impiden bajar la guardia, pues abundan los carteristas que merodean a los turistas, siguiendo sin pestañear sus bolsos, mochilas y objetivos de cámaras fotográficas, pero se nos olvida porque hay mucho y muy bello, ciudades llenas de vida, y es tanto, que ofrece la posibilidad de recorrer la ciudad con visitas panorámicas nocturnas o navegando por el río.  En el comedor, con gran chimenea, estamos en agosto pero arde la leña y al lado, un músico toca en su violín la famosa canción “Noches de Moscú” y la de “Kalimka”, en el hall del hotel, un escaparate muestra artículos de afamado ámbar.

Hotel Radisson  y el río Moscova desde nuestra ventana.  Cuenta con un mirador en la cafetería de la planta 33

 Desde la habitación con vistas al río, impresionan los edificios por sus elementos arquitectónicos y sus dimensiones, un reflejo de plenitud artística así como las exposiciones inmensas de sus museos, situados en edificios que por sí solos ya merecen una visita.




Veremos canales sin estar en Venecia, y fuentes o teatros tan activos como antiguos y prestigiosos, es en ellos donde proponen las mejores obras de la escena nacional e internacional.


Nuestro cuarto guía se aferra a la idea de que esta nación es única en el mundo, la más fuerte y la mejor, lo cual suscita más de una mueca de ironía, asegura que otro gallo nos cantaría si adoptáramos las medidas de su país, bastante menos tolerantes y con cero de permisividad, por un momento, en sus palabras se diluye el significado de democracia.


Recreación en cera de los últimos momentos de la vida de Rasputín.  Iba el cianuro en los pasteles de crema rosa, en el vino de Madeira, y en las pastas de té, en cantidad suficiente como para matar a varios hombres.

Las calles más animadas de ambas ciudades están hechas para pasear, y son muchas las zonas donde los adoquines laten bajo los pies.  Escritores, políticos, gobernantes o representantes de la realeza, pusieron su nombre a las plazas, en las que se levantan estatuas como el busto de Carlos Marx en la Plaza de los teatros.
Catedral de San Miguel, dedicada al Arcángel patrono de la Infantería rusa

Bordeando la plaza del Picadero, paseamos por los jardines Alexsandrovski, entre puestos de salchichas, cervezas y refrescos, allí nos tomamos una bebida mientras reposamos en un banco para después contemplar un conjunto escultórico de caballos en una preciosa fuente.  En el Hermitage admiramos obras escultóricas de Miguel Ángel, pinturas de Murillo, de la escuela flamenca y Madonnas de Leonardo, así como un cuadro destrozado por un loco, el cual ha sido recuperado en la medida de lo posible, tras meticulosa restauración.

Santa Catalina.  Veronese
El regreso del hijo pródigo.  Rembrandt

Recepción del Embajador de Egipto en Venecia.  Canaletto.

Adoración del Niño Dios con los Santos Bárbara y Martín.  Boticcini

En el teatro, lugar frecuentado por los visitantes nacionales, no sorprende que ante la muestra folklórica rusa, o el ballet, con alguna obra de compositores rusos, el ambiente sea relajado y entre un público de los más variado haya turistas chinos, judíos con la kipá o árabes con “hiyab”, de Oriente u Occidente, todos batimos palmas con el mismo entusiasmo.


Desde lugares solitarios que invitan a la reclusión hasta las zonas urbanas donde abundan edificios de intensa vida diplomática, centros de intercambio financiero o consulados de distintos países, todo nos deja ver que son ciudades cultas y de atmósfera elegante.  En las casas señoriales típicas, predomina el pan de oro, las lámparas de cristal, el mármol o el mobiliario de madera tallada, así como originales dibujos textiles en las tapicerías.  El recorrido por monasterios e iglesias ortodoxas de primer orden, muestran sus magníficos frescos, las cúpulas y los mosaicos de diminutas teselas, el color de los iconos junto a las velas, todos ellos son museos donde el colorido se apodera de la vista y donde se resguardan objetos sagrados desde tiempos más amenazantes o de gran esplendor.

Foto del zar Nicolás II, su esposa y sus cinco hijos

Nosotros, siempre culturalmente abiertos a un menor militarismo, no nos seducen los símbolos de las contiendas, tomo unas fotos a las botas pisando la cruz gamada, miro con curiosidad y extrañeza la hoz y el martillo en el pastel que ofrece como postre las líneas aéreas Aeroflot.

Teatro del Palacio Yusupov

Cantando "a capella"

 Mucho se habla del Modernismo, de los mejores bailarines de la historia, Nijinski, que daba saltos de tal altura que parecía que iba a alzar el vuelo, acabó perdiendo la razón sin recordar que había sido una estrella, Pavlova, Nureyev, quien huyó de la Unión Soviética y Godunov, quien también solicitó asilo en EEUU y acabó víctima del alcohol, hablaremos de la última morada del siberiano Rasputín, que bien pudo ser curandero, santón o falso monje, capaz de mejorar al zarevich de su hemofilia, hombre de  corpulencia, de casi dos metros de estatura junto a una personalidad abrumadora, llegó a intervenir en asuntos de Estado, empeorando la situación con su influencia, muchos lo admiraban y otros tanto lo odiaban, fue un visionario que llegó a predecir su muerte y la de la familia imperial, asesinado a tiros en una trampa cuando la dosis de veneno no fue suficiente, y del asesinato del zar y su familia,  Nicolás, su hijo Alexis, su esposa Alejandra y las hijas Anastasia, Olga, María y Tatiana, en medio de aquella agitación revolucionaria, con los intelectuales pidiendo libertad y los campesinos pobres pidiendo tierras, la catástrofe estaba servida, y fue de una tremenda crueldad, cuentan que el niño fue el último en morir pero el guía nos asegura que fue junto con su padre los primeros en ser fusilados, al parecer, las hijas llevaban tal cantidad de joyas debajo del corsé que hizo imposible acabar con ellas de no haber sido por las bayonetas, un hecho histórico que no justificamos pero sí es una historia que siempre ha despertado en mi gran curiosidad en cuanto a la leyenda de que la mujer con amnesia pudiera ser la duquesa Anastasia, que habiendo sobrevivido no fue reconocida como tal, así lo hemos visto en el cine, sin embargo, los restos de todos ellos  están en la iglesia de S. Pedro y San Pablo de San Petersburgo, la cual hemos tenido ocasión de ver, pero apenas oigo a Tchaikovsky, no puedo dejar de pensar que esa música vino a mi cuando era casi una niña, como vino después la lectura de "El doctor Zivago", “Guerra y paz” o “Ana Karenina”



No sería capaz de elegir lo que más me ha gustado pero el Hermitage y el complejo que llaman el segundo Versalles (Peterhof), es sin duda donde los regentes rusos han dejado para la posteridad el derroche y la imitación que ha conseguido llevar a Rusia, un pedazo de la Francia más barroca en forma de cascadas, parques y estatuas doradas, por las que pudimos pasear dándonos un matutino recreo, entre personajes vestidos de época y ágiles ardillas tan escurridizas y confiadas como hambrientas.



Una noche visitamos el lago de los cisnes en el que se inspiró el compositor, tiene un embarcadero y se encuentra junto al Convento de las Muchachas, también llamado Monasterio de las doncellas, utilizado para encerrar a las viudas de los nobles que asesinó Iván el Terrible.  En el cementerio reposan entre otros personajes, Raisa, la mujer de Gorbachov  o Chejov

El Hermitage Museo
La caza del jabalí estuvo muy extendida en San Petersburgo en el siglo XV
granadas en cerámica


Seguimos viendo óleos, grabados, reproducciones de iconos, vajillas, cristalerías, jardines de estilo romántico, museos con los huevos Fabergé, pieles, sombreros, joyas de maravillosos diseños, piedras preciosas y productos delicatessen; a otro nivel, las cajas lacadas, los huevos pintados de madera, los samovares. No me cabe duda de que es un país con grandes obras maestras, con una arquitectura espléndida que no escatima suelo, excelente orfebrería, y cientos de museos sobre cualquier tema (historia, fotografía, arte de oriente, artes y oficios, literatura, etc.).  La vista se alza hacia los cientos de campanarios, y no es difícil encontrar restaurantes panorámicos giratorios o parejas haciéndose fotos el día de su boda.

Residencia Imperial de Peterhof





Tomamos el tren express, antes llamado “flecha roja”, salimos a las doce de la noche de la estación de San Petersburgo y llegamos a las ocho de la mañana a Moscú, se hace el viaje tranquilamente en ruta hasta que nos despiertan y nos traen el desayuno, mientras vemos pasar por la ventanilla los bosques y el sol naciente, en el tren se va muy bien, al principio nos alarmó la pequeña dimensión de los compartimentos, especialmente el maletero bajo las camas, lo más complicado fue introducir las maletas, no tanto subirme a la litera superior, al final nos acomodamos francamente bien.

Todo un espectáculo muy concurrido es el levantamiento de puentes en S. Petersburgo

En todos los tiempos, El Kremlin alberga enigmas e intrigas, también sabemos que las carrozas doradas de los zares llevaban  diamantes incrustados y que los bienes terrenales de Lenin, eran unos pocos libros y un samovar para mantener caliente del agua del té, de la vida más elevada a la más sencilla y austera, es la propia ideología asumida con coherencia, aunque todo parece indicar que las ideologías, sea cual sea, son sumamente peligrosas, por eso se dice que borran las huellas del sentido común, o la de ponerse en el lugar del otro, y se inclinan a los discursos moralizantes, la obediencia ciega, y la manipulación de masas.


Detalle de una vidriera

Personalmente ni Moscú me parece tan gris, ni San Petersburgo tan blanco, la primera auténtica, es la del pueblo, la segunda sacada de un cuento, es la de los zares.  Ambas simplemente maravillosas y altamente recomendables.


Muñecas rusas para enfriar botellas




Noche de Moscú
con su fría luz
se oye una canción entonar,
es de un triste amor,
de un alma sin calor,
que su pena viene a sollozar.

La desilusión de este corazón,
viene la esperanza a calmar,
y el amor será 
como una nueva luz,
en la fría noche de Moscú.