Repite: El mundo está en paz y yo también

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martes, 28 de diciembre de 2010

LOS SANTOS INOCENTES


En 1938 Orson Welles, teatralizó "la guerra de los mundos", esa se cuenta como la mayor broma de la historia, una noticia que sin ser cierta pareció verdadera, causando gran impacto en la población radioyente. Aprovechando la fecha que nos ocupa, diremos que hoy todo está permitido porque reírse es algo maravilloso. Cuando reímos perdemos el control, todo cambia alrededor, son unos segunos en los que todo nos da igual, abrir la boca, cerrar los ojos, prequeños gritos y lágrimas que afloran, todo eso da paso a una sensación de agotamiento con agujetas en el estómago que no nos gustaría interrumpir. Esto le sucede al que gasta la broma, otra cosa es que el que la recibe la sepa llevar con buen ánimo.
Hoy la culpa no recae en nadie, es el día de todos los Santos, día de gastar bromas que se conocen como inocentadas, muy populares en España y en todo el mundo hispanohablante, en Cataluña se cuelga la llufa (muñeco de papel) gigante del campanario de la población y en el Levante se celebra "la fiesta de los locos".
En este día no hay que tener sentido del ridículo y no tomarlas con seriedad porque se suele decir que si ríes, el mundo reirá contigo.
Ya está muy visto añadir sal al café con leche, poner harina en la cabeza simulando caspa, cambiar de hora los relojes para que todos madruguen, colocar un muñeco de papel en la espalda, sujeto a la chaqueta, llamar por teléfono y hacerse pasar por otra persona. Imaginación al poder, desde las más clásicas a las novísimas; ahora lo que se lleva es poner un salvapantallas negro en la oficina y anunciar un virus troyano.
Lo importante es que no causen problemas ni daños graves y no sean de mal gusto. No sería mala idea ir al restaurante con alguien y a la hora de pagar la cuenta le pides al camarero que añada un cero de más para ver el rostro pálido del otro. O decirle a un compañero que te has quedado tirada en la carretera y que acuda a recogerte con 4 litros de gasolina..... Primero pensemos en la posible reacción de la persona, es preciso conocerla bien, además donde las dan, las toman o el que la hace, la paga.

Leía que una tienda de muebles llama a la víctima para preguntar cuándo se le pueden llevar a domicilio los muebles encargados. Cuando responda que no sabe nada, se le dice que se le entregarán los muebles aunque sea por las malas.

Una buena risa lo cambia todo, renueva el aire y crea otro ambiente. De momento parece que se pierde la tradición incluso en los medios de comunicación, en otros tiempos era divertido descubrir los gazapos en la prensa escrita.
"las bromas son como la sal, se deben usar con precaución."

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