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viernes, 29 de enero de 2010

EL NOMBRE DE LAS CALLES ZARAGOZANAS


No hace mucho leí un artículo de Isabel Yeste, mujer que de urbanística entiende lo suyo y del cual extraje algunas curiosidades, en él decía que lo primero que aprendemos de niños junto con nuestro nombre y apellidos es a contestar el lugar en el que vivimos pero muchas veces no sabemos quienes son esas personas que figuran en el rótulo, esas calles que nos hablan de un pasado a veces conocido y otras no tanto pero siempre de un misterio que se esconde tras los nombres, las huellas perdidas o encontradas. Calles de ríos, de monasterios, de flores...., calles cuyas denominaciones fueron la de carrera, puyal, callizo, fosal, botiga y furno cuando Zaragoza tenía otra estructura. Y es que furno viene de horno, botiga de bodega, callizo es una calleja o paso estrecho, fosal se refiere a un cementerio y carrera es una calle que antes fue camino.


Las hubo de determinados gremios de profesionales como la de Cereros, Aguadores, Escopetería, Armas, del Fierro, etc. con sólo ver su nombre ya sabemos a qué oficios se dedicaban, calles que en ocasiones teniendo un trazado recto son atravesadas por una avenida que no impide que su nombre continúe, otras veces esa división hace que nos parezca una misma calle pero sin embargo tenga dos nombres distintos.



Numerar los inmuebles también fue un invento relativamente reciente y la definición de vías urbanas, paseos, calles, avenidas, caminos, callejones, pasos, plazas y plazuelas se debía al tamaño de las mismas. Siempre hemos oído decir que el punto clave es La Audiencia, de allí parte la numeración dando los impares a la izquierda y los pares a la derecha.

Hay una calle llamada Cabañera que está en Torrero que no es sino una cañada por la cual sigue pasando el ganado o al menos lo hizo hasta hace muy poco tiempo, también tenemos en Zaragoza una calle sin salida llamada el Callejón de la Música, la recuerdo hace bastantes años con una gigantesca fotografía de Jimmy Hendrix, allí posteriormente se ha rodado alguna película. A la calle Gascón de Gotor se le llamó la calle del Duende porque en el fogón de una casa, en concreto el número 2, salían voces y hasta hoy no se ha podido despejar la incógnita, llegando a intervenir en el año 34 , polícía, forenses, psiquiatras y jueces. Tenemos una calle llamada Cuarta Avenida y no estamos en la gran manzana y a la Plaza Salamero le llaman los de más edad, la Plaza del carbón porque en otras épocas se instalaron allí los mayoristas de carbón vegetal.


Un buen día se acordó la obligación de dar a cada calle un nombre que la identifique y la distinga como se hace para honrar el pasado, sus gentes, sus acontecimientos, sus hermanamientos como por ejemplo la rotonda Villa de Pau, ciudad francesa hermanada con Zaragoza o conservar la memoria, como la de Avenida César Augusto que debe su nombre al emperador romano o esta foto que vemos abajo dedicada al patrono de nuestra ciudad, San Valero, cuya festividad se celebra hoy día 29 de enero.


Hay en Zaragoza nombres de políticos, escritores, artistas o simples ciudadanos que conquistaron la gloria combatiendo al enemigo, me estoy refiriendo a los actos de valor durante Los Sitios. Así la Calle Asalto era una zona por la que los franceses entraron pero gozaba de gran protección porque tenia tapia de mampostería. La calle Boggiero dedicada a una sacerdote encargado de la educación de Palafox que impartía clase en las Escuelas Pías. La Condesa Bureta que puso su casa a disposición de los heridos y enfermos, Cerezo fue un valiente campesino como también fue valeroso Carnica, un artesano zaragozano y José de la Hera, un carpintero; tenemos la calle Heroísmo donde se produjeron las sangrías más brutales y una calle dedicada a la Madre Rafols, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, a cuyo voluntariado pertenezco, ella fue cuidadora de heridos y desamparados en el Hospital Provincial que en sus duros bombardeos del 3 de Agosto perdieron a 9 Hermanas y a decenas de pacientes. Me viene a la memoria la frase de Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales.... “Y entre los muertos, habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde...”.


Nombres árabes como Mundir, Muza Ben Zeya, Avempace, Alarife Marien de Marguan y nombres de reyes como Alfonso I o los Reyes Católicos.
También es justo que tengan dedicada una calle otros aragoneses que dedicaron su vida al cine, al arte, a la música, a la literatura, aquí vaya el ejemplo de la pianista Pilar Bayona, el tenor Miguel Fleta, los joteros Felisa Galé y José Oto o el historiador Zurita, los escultores Gargallo, Serrano y García Condoy, este último regresó a Zaragoza para morir después del exilio, otro aragonés ilustre fue Baltasar Gracián cuyo libro “El arte de la Prudencia” suelo releer con frecuencia, una aragonesa fue María Moliner, académica de la Lengua Española y Ramón y Cajal, padre de la neurofisiología, también admirable es Miguel Servet, como médico, astrónomo, políglota y humanista que fue quemado vivo acusado injustamente de herejía por Calvino o Juan Pablo Bonet inventor de lenguajes mímicos para niños sordomudos por lo que Lope de Vega escribió: “La retórica hallar pudo, el arte de bien hablar, pero nunca pudo hallar el arte de hablar a un mudo”. Tampoco podemos olvidar a los cinco cineastas aragoneses: Carlos Saura, Luis Buñuel, Chomón, Borau y Florián Rey.
La calle Cortesía debió ser muy estrecha por lo que uno de los dos viandantes debía ceder el paso al otro. La calle Desengaño porque debió haber alguna casa de juego por cuya salida posterior salían los perdedores. No sé muy bien por qué un villano tiene dedicada una calle, la del Saco, un tal Francho Luque que tenia atemorizados a todos sus vecinos del barrio de San Pablo. La calle del Perro, menos mal que el Santo Oficio mandó matar al susodicho perro y recluir a sus amos judíos, perro que azuzado por sus propietarios causaba graves heridas en los cristianos.


En los barrios más antiguos hay nombres de santos y santas como las fotos que hoy muestro tomadas tras un paseo por la ciudad semi desierta a primeras horas de una mañana de domingo. Qué quieren que les diga, que Santamaría, Sanclemente y Sangenis no fueron santos, son apellidos, si lo fueran serían Santa María, San Clemente y San Genis, este último es un santo que no existe. San Felices es el apellido de un marqués y Santa Pau no fue una santa sino un comandante.


Los nombres de los poetas, pedagogos, escritores y maestros se encuentran en el Barrio del Actur como María Zambrano, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Pablo Neruda o León Felipe
La urbanización de Montecanal ha elegido nombres de la Ilustración en su principal avenida y como por ejemplo Pignatelli o Jovellanos.
En cuanto a la guerra civil es el tema más controvertido pues se aprobó eliminar algunas calles y avenidas por respeto a los perseguidos en la dictadura, con esta Ley de la Memoria Histórica se retiraron de 43 calles los escudos, nombres en forja, yugos, flechas, águilas imperiales, insignias, placas o todo aquello que exaltara personal o colectivamente la sublevación militar, la guerra y la represión, de modo que la Avenida General Franco se sustituyó en su día por Conde de Aranda y el Paseo General Mola hace tiempo que es Paseo de Sagasta sin embargo se han respetado a dos personajes a Moncasi, diputado elegido por la Confederación Española de Derechas Autónomas, muerto a los pocos días de iniciarse la Guerra Civil a manos de los republicanos y tampoco se ha suprimido la de Agustina Simón, enfermera a la que los republicanos quisieron conmutar su pena si accedía a pasarse a su bando como sanitaria, cosa que no quiso hacer a sabiendas de que iba a costarle la vida. Permanecen la calle Amanecer porque así se llamaba un periódico de la dictadura y la calle La Victoria, es decir, la victoria franquista así como nuestro mejor parque llamado de Primo de Rivera.
Más recientemente tenemos en la zona de Valdespartera calles con nombres de película, esas calles dedicadas al séptimo arte la han convertido en un barrio de cine, Casablanca, Con faldas y a lo loco, Espartaco, El Ladrón de Bagdad, Los pájaros, King Kong, La ventana indiscreta o La calle de mi tío, sobre esta última ya he oído muchos chistes, es la que más despista a los taxistas y con razón: “lléveme por favor a la calle de mi tío”. Lo más propio es que el conductor le pregunte: “Sí pero ¿cuál es la dirección?”.

7 comentarios:

  1. Me voy de tu blog muy bien informada. Me gustó saber cosas que desconocía.
    Siempre me llamaron la atención los nombres de las calles.
    No entiendo por qué diferentes nombres a una misma avenida, por ejemplo Gran Vía, Fernando el Católico e Isabel la Católica.
    Muy bueno el chistecito del taxista.
    Besos

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  2. Muy buena entrada, como siempre, había muchas calles que no sabía el significado y me lo has despejado. Gracias.
    Siguiendo con el chiste... mira que si le dice al taxista que le lleve a la Ventana Indiscreta y lo denuncia a la policía por pervertido???...

    Un abrazo.

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  3. Hola amigos, hace tiempo que quería escribir sobre las calles pero me falta añadir aquello de continuará... porque quedan muchas cosas por decir, la verdad es que hay que trabajarse este tipo de artículos y aunque tengo en casa buena biblioteca, leyendo a Isabel Yeste decidí hacer mis averiguaciones.
    "La ventana indiscreta" no tendría razón de ser en Holanda, allí no hay cortinas en las casas y llama la atención que se pueda ver el interior de una vivienda sin que a los propietarios les incomode la presencia ajena. El taxista lo tendría difícil si llevas puestos unos pantalones y le pides que te lleve "con faldas y a lo loco", si lo que quieres es que te lleve a "volver a empezar" lo más probable es que retroceda para dejarte en el punto de partida, puede tomarte por delincuente si le solicitas "un atraco a las tres" y qué decir de este chiste que se me acaba de ocurrir: "lléveme una noche a la ópera", seguro que al tomarnos tantas confianzas nos mirará por el retrovisor preguntando ¿nos conocemos de algo?.
    Ahora os toca a vosotros los poetas hacer unos versos sobre estas u otras calles, que como podemos ver dan mucho juego.
    Besos y feliz puente.

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  4. Genial entrada, yo muchisimas veces quise empezar una investigacion sobre los hombres de las calles de mi querida Buenos Aires, pero por una u otra cosa no la empiezo, bueno supongo que lo hare cuando empiece a escribir mi libro sobre Buenos Aires.

    Te sigo, te leo

    un besote

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  5. Hola, me alegro que te haya gustado y te agradezco tu comentario. Es todo un reto escribir sobre las calles de una ciudad tan inmensa como la tuya; no me canso nunca de oír a los que me hablan de ella.
    Un fuerte abrazo

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  6. Decirle desde aquí a Marta Josa de la Asociación Chus Burés Agua for África que le agradezco el correo en el que me recomienda el libro “Historia de nuestras calles” de José García Buey, Editorial Delsan. No conozco este libro pero al parecer fue presentado en Aragón Televisión y según Marta es un gran conocedor de las calles de Zaragoza y concienzudo en su trabajo. De modo que aquí tienen los lectores de este blog por si les interesa adquirir una obra perfectamente documentada, yo no voy a perdérmela.
    Gracias Marta, estaré pendiente de esa Carrera Solidaria de 5 Km. que me anuncias para el 21 de Marzo, en cuanto tenga más datos la daremos a conocer para los que deseen participar en ella.
    Mi cariñoso saludo para ti también.

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  7. Acabo de leer esta entrada (acabo de llegar también a tu blog) y me ha encantado. Eso sí, he de decir que he echado de menos que nombres un barrio en el que muchas de las calles son nombres de estrellas o constelaciones (Valdefierro). La historia misma del barrio, como se construyó, es para contar.

    Saludos.

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