Repite: El mundo está en paz y yo también

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viernes, 7 de agosto de 2009

DÍA 6 DE AGOSTO Y DÍA 9. ANIVERSARIO DEL INHUMANO BOMBARDEO ATÓMICO SOBRE HIROSHIMA Y NAGASAKI (1945)

Coloco la entrada que corresponde al día de ayer, la guardé antes de las vacaciones ya que he estado desconectada del mundo en este tiempo, han sido días en los que he compartido el plato, la guitarra y el vaso de vino con nuevos amigos, de pronto me resulta extraño escribir algo tan cruel pues vengo de aprender canciones en cinco idiomas, las lenguas de los que allí estuvimos reunidos, tales como las mundialmente conocidas letras de: "todo pasa y todo queda", "el himno de la alegría", "viva la gente" o "guantanamera", hemos rechazado la pereza y la comodidad, hemos prestado el bordón y dado la mano, ha habido momentos emocionalmente intensos y pruebas físicas sólo superadas gracias al tesón, hemos cambiado lo superficial por lo profundo y hasta percibo un renovado modo de pensar, se dice que así como todo cambia, que cambiemos no es extraño; en estos días también hemos leído a León Felipe: "En todos los mesones he dormido, en mesones de amor y en mesones malditos, pensando que no está aquí mi sitio, que no está aquí tampoco, mi albergue decisivo". Bienvenidos a mi blog después de la marcha de piernas doloridas y pies cansados con los que anduve las ciudades, charcos, montañas y llanos que son como dice Mercedes Sosa, la ruta del alma.


“ .....Cuando miro el fruto
del cerebro humano.
Cuando veo al bueno,
tan lejos del malo.....”




Quiero escribir esta entrada sin ahondar en la herida, cualquiera puede recabar información sobre lo que sucedió en esta fecha, desde el punto de vista ambiental, sanitario, etc.. Averiguarán que los efectos fueron diferentes en las dos ciudades porque una estaba situada en un valle y permitió la expansión y la otra era montañosa. De todo cuanto he leído sobre este tema no hay nada que me interese más que la explosión y sus consecuencias, qué ocurrió al sobrevivir y cómo fue la vida en adelante, es decir, los efectos hasta el día de hoy, 63 años después de aquella guerra nuclear, mucho menos me importan las frases que dijeron unos y otros, gobernantes o estadistas, que con los años han dado la vuelta al mundo, tampoco me interesa el punto de vista político o militar ni el por qué se llegó a hacer la guerra de un modo, por llamarlo de alguna manera, tan poco convencional.
Ese día nació la era atómica y algunos aseguran que los japoneses nunca se hubieran rendido, eso parece ser motivo suficiente para justificar el inhumano bombardeo; pero eso no es todo, tres días más tarde y una vez visto lo sucedido se repitió con una segunda bomba para demostrar que todavía les quedaban más.
Paul Tibbets afirmó a lo largo de su vida que nunca tuvo remordimientos ni cargos de conciencia por lo que hizo, seguía insistiendo en su falta de arrepentimiento, en las cosas del deber, en el amor a la Patria y hasta se dijo que evitó un número de víctimas mayor. La frase más desafortunada de la cual desconozco el autor fue: “Damos gracias a Dios por haberle dado a América la bomba atómica, porque ¿quién sabe cómo la hubiera usado otra nación?”. SIN COMENTARIOS.
Hace muchos años leí el libro de Michael Riordan titulado “el día después” basado en un informe del Congreso de los Estados Unidos, de la editorial Grijalbo, es un retrato realista y espeluznante así lo dice la contraportada de lo que sería la vida si los dirigentes del mundo abandonaran la moderación y confiaran en las armas nucleares para solventar sus diferencias, sus inquinas y rencores. Estas sombrías conclusiones refuerzan los puntos de vista de todos los movimientos internacionales que luchan en sus debates por una congelación del armamento nuclear con los cuales no puedo por menos que estar totalmente de acuerdo.


Son muchas las décadas en las que vivimos bajo esa amenaza en este frágil planeta y hemos de pensar que aquella catástrofe fue con armas muy primitivas si las comparamos con las actuales, estamos enfrentados a la posibilidad real de una destrucción total e irreversible del mundo. Leamos “El destino de la tierra” de Johnatan Schell, el cual nos dice que se extinguiría cualquier forma superior de vida y el número de víctimas sería mayor al registrado hasta ahora, además del choque psicológico porque la persona es extremadamente vulnerable y el tema no es para menos.
Se oye con frecuencia que la nuclear será la energía del futuro, así se estudia en los libros de texto pero me aparto del tema quizás si hablo de uranio o de Endesa e Iberdrola, como las dos propietarias de las 8 centrales nucleares que tenemos en España. Verán que hablo de uranio y no de plutonio éste último multiplica por dos la energía liberada.
Tampoco les parezca extraño si les digo que conozco el tema de las radiaciones ya que trabajo con Rayos X con fines diagnósticos. De la misma manera se utiliza la bomba de cobalto con fines buenos para la humanidad con las únicas precauciones de uso correcto y mínima exposición. Sin embargo retomo el hilo del aniversario que hoy nos ocupa porque sigue habiendo muchas cosas preocupantes cuando se utilizan con otros fines: entre ellas las decisiones secretas de los hombres poderosos porque los planes militares casi siempre subestiman el sufrimiento humano y también la educación de la población para que sepa reaccionar inteligentemente ante el uso de estas armas; finalmente y como una utopía mía está el encontrar la manera de eliminar las armas de destrucción masiva de la faz de la tierra aunque suene a un sueño imposible.

"...Saber que se puede, querer que se pueda,

quitarse los miedos, sacarlos afuera,

pintarse la cara color esperanza,

tentar al futuro con el corazón".

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