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viernes, 8 de abril de 2011

"LA FAROLA", PRENSA SOCIAL

El otro día me preguntaba por qué han caído las ventas de algunas revistas como La farola, un periódico de la calle, como dice en su cabecera, el periódico que da pan y techo y que sirve de instrumento de reinserción social a los parados. Estas iniciativas son un producto digno que evita la pobreza porque vender no es pedir limosna. No siempre la gestión es adecuada, lo deseable sería que no se trataran de multinacionales de la mendicidad, tampoco es incompatible que cumpla labor social desde la iniciativa privada de una empresa, algunas han sido financiadas exclusivamente a través de las ventas, tampoco debe ser fácil sacar adelante estos proyectos cuyos ingresos en estos momentos son bastante modestos. La parte positiva de este tipo de prensa es la de ayudar desde la esperanza y la urgencia para eso es concebida, el objetivo prioritario es cumplir con una labor social, lo que parece injusto es que se le exija a cada persona un número de venta diario a 5 ejemplares, cantidad que no siempre pueden lograr. Los inmigrantes saben que no hay de momento otra opción, si se les pregunta no saben decir quien hay detrás de ella y piensan que mejor es algo que nada.

Como prensa social se han publicado: "La calle", "La luz sin techo" y "También contamos", en cuanto a "La Farola" en un principio las tiradas debieron ser importantes ya que está a la venta desde el año 1994 en la que se vendían millones de ejemplares en una semana, fueron sus días de mayor auge. La semana pasada compré el número 312 y se vende al precio de 2 euros. Atrás quedaron los premios recibidos, la acogida con entusiasmo por parte de los ciudadanos y los medios de comunicación cuando ya había quedado demostrada su eficacia en Estados Unidos y otros países de Europa, por eso cuando llegó a nuestro país fue el medio de subsistencia de miles de personas en muchas ciudades españolas.

Creo que el interés del lector se puede mover con un poco de todo: anuncios, publicidad, crítica de libros o películas y artículos cuyos autores sean estudiosos y conocedores de los temas que se exponen, sólo así se comprará y se leerá cuando encontremos, como me ocurrió a la puerta del supermercado, a una persona salida de la marginalidad que la vende y sólo así, con publicaciones de fácil comprensión aunque sean de humilde factura y con una difusión enfocada correctamente, los promotores tendrán asegurado el éxito ya que a cada lado de la balanza están: el comprador, una persona integrada que se siente movida por impulso de beneficencia y el vendedor, una persona sin recursos que necesita procurarse su sustento.


"LA UTOPÍA ESTÁ EN EL HORIZONTE. CAMINO DOS PASOS, ELLA SE ALEJA DOS PASOS Y EL HORIZONTE CORRE DIEZ PASOS MÁS ALLÁ. ¿ENTONCES PARA QUÉ SIRVE LA UTOPÍA? PARA ESO, SIRVE PARA CAMINAR". Galeano

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