Repite: El mundo está en paz y yo también

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viernes, 12 de julio de 2013

¡FELICES VACACIONES!



Un año más nos ha llegado ese tiempo de búsqueda de algún tranquilo paraíso personal o tal vez un rincón en el que reparar el cansancio acumulado, necesitamos momentos de pausas y licencias, no recuerdo quien dijo que el despedirse tiene algo de deceso, mientras que reponerse es una forma de resucitar o de volver a la vida, si bien es cierto que por estas fechas uno debe buscar lo que necesita, y no está de más regalarse unos días de paz.
Hoy me es imposible no recordar aquel discurso del líder político de Uruguay en la Cumbre de Río, cuando se refería a nosotros como pobre humanidad, sabemos que estamos viviendo en un sistema ineficaz, mezquino y retrógrado que no nos conduce a ningún destino pero llegan las vacaciones y éste también es un periodo para revisar nuestra forma de vivir cuando ya los viejos pensadores Epicúreo, Séneca, Los Aymaras tuvieron claro que “pobre no es el que tiene poco….., verdaderamente pobre, es el que necesita infinitamente mucho y desea y desea y desea más y más”. Y esto viene a cuento porque es posible que muchos no puedan disfrutar de un hotel con piscina, vacaciones en la playa, o estrenar un traje de baño diseñado por una firma prestigiosa, para todos no será posible dar la bienvenida a la suave brisa tropical de Hawai, más de uno será contratado para trabajar en este par de meses y eso con suerte, los habrá que no dispongan de aire acondicionado, adosado con jardín, flamante moto o coche último modelo, se habla de la aparición de la envidia de no poseer lo que el otro exhibe (mujer atractiva, viajes al extranjero, dinero en abundancia..., qué sé yo) y es que también el hiperconsumo hace de las suyas en estas fechas, son muchas las tentaciones que invitan a la falta de previsión de la que luego lamentarse. Tengo la certeza de que el ser humano se acompleja cuando no puede conseguir todo lo que se le ofrece a los ojos.  “Venimos a la vida intentando ser felices, porque la vida es corta y se nos va” decía D. José Mújica- y ningún bien vale tanto. 
Se luchó por las 8 horas de trabajo pero resulta que hay que trabajar muchísimo para pagar las deudas, del auto, de la moto, de las vacaciones.... y cuando uno se da cuenta ya es un viejo artrítico, esas fueron sus palabras de buen criterio.
Hay demasiados ejemplos de situaciones trágicas donde los individuos están aprendiendo a resistir y eso nos envía un mensaje sobre las pautas para vivir sin ambición y sin esquemas que nos asfixien. Es tiempo de conseguir ese ademán desenfadado que transmita calma cuando la energía avasalladora se ha ido gastando durante el año.  Lo que se quiere en vacaciones, es recuperar el ritmo cotidiano de la vida, ese lado más normal barrido por el caos de las deshoras, las madrugadas, las trasnochadas, el trabajo, las ocupaciones que te van quitando y quitando hasta agotarte y una se para a pensar lo que importa realmente, qué cosas necesito, qué me sobra, qué me falta, qué quiero hacer, he visto cargar el equipaje de cosas tan inútiles......Para escribir este texto me han inspirado las revistas que se publican en esta época del año, los programas estivales donde los rostros conocidos pregonan su amor y desamor con tanta facilidad, los montones de artículos en tiempos de liquidación, los folletos turísticos que animan a viajar y los falsos itinerarios que algunas personas se inventan para no decir que no hay planes previstos más allá del hogar.
La cuestión es no desaprovecharse sino sacar de uno mismo cosas que ni siquiera nosotros sabemos que tenemos.  El mejor y más amplio horizonte es sentir que la clave de la felicidad no es una vida de lujo, sino un interior pleno de entusiasmo. Hay que vivir en esa espiral que se eleva desde los hábitos mecánicos más artificiales hasta los más espirituales, abandonando el lastre de las propias miserias para ir más ligeros, haciendo lo contrario a lo que buscamos normalmente en nuestro día a día, sólo eso nos permitirá adentrarnos en nosotros mismos, sin cálculos, sin regateos, entonces será fácil definir tan grata motivación que nada tiene que ver con ese callejón sin salida en el que muchos están prisioneros. Sólo aquellos que no tienen trabajo ni expectativas de encontrarlo en breve se ven en una situación que les exime de toda responsabilidad, nada tienen que ver con los que han querido vivir de una manera que no podían permitirse, atraídos por el consumo, la moda o el estilo de vida del vecino, espejo en el que nunca hay que mirarse.
En pocas ocasiones de no ser en vacaciones se nos brindará una oportunidad tan extraordinaria para reaprender lo que la prisa se encarga de barrer.  Estamos en los meses ideales para hacer esas cosas que nos gustan, sin publicidad, sin rebajas, sin revistas de viajes que anuncian circuitos para divisar puestas de sol, si todos sabemos que están al alcance de cualquiera sin previo pago, así rezaba el titular: "para viajeros expertos en el buen vivir que pasan la vida localizando las mejores puestas de sol.  Cuando el sol se pone, los espectadores aplauden...".
Dadas las temperaturas y rigores que estamos soportando, parece que este verano se nos presenta como el título de aquella película que fuera de España se le llamó "una noche larga y febril".
Puedo asegurar que con crisis o sin ella, hay muchas cosas de las que poder disfrutar, todo es más sencillo de lo que parece, lo sé cada vez que recuerdo las vacaciones de mi infancia que sin accesorios superficiales, han quedado tan grabadas en mi memoria.  Cuando yo era niña cenábamos en el pinar, al atardecer cogíamos nuestra nevera portátil e improvisábamos una cena al aire libre sentados en las sillas de camping, los fines de semana íbamos al río, donde no había normativas que impidieran acampar a las familias junto a la orilla, recuerdo aquellos helados caseros de vainilla que mi madre sacaba del congelador y nos los ofrecía a media tarde, cuando el calor apretaba.
Quería referirme a los aspectos esenciales que hacen que un verano sea feliz, sin cambiar de vestuario o irse a las Bahamas, todo ello más relacionado con la potencialidad compradora que con la apetencia por las cosas buenas. 
Me despido de todos con un fuerte abrazo, estos días están siendo intensos y me mantienen alejada del blog.  A solas o en compañía, sigan relajados y allá donde vayan les deseo un buen descanso.
A la vuelta les contaré y me contarán. 

sábado, 6 de julio de 2013

SABOREANDO ZARAGOZA

La Casa Montal es un palacio de los siglos XV y XVI.  Alberga un restaurante selecto y una tienda de alimentación Gourmet.
Escudo Montal-Montesa

Apetitosa degustación al mediodía.

Saborea Zaragoza es el nombre de una ruta gastronómica que se lleva a cabo en sábado y que nos permite probar algunos platos de la cocina aragonesa, así descubrimos los lugares más emblemáticos de la ciudad.  Aprovechando que me visitaba mi amiga Teresa de Almansa (Albacete) nos decidimos a participar en esta visita guiada para que ella pudiera degustar algunos de nuestros productos y conocer un poco de arte e historia.  Fuimos paseando para conocer el origen de los principales productos de la gastronomía zaragozana, la primera parada fue en el Taller de alimentación de la Calle indiscreta, visitamos el Museo de la Torre Nueva, detalles sorprendentes en el Mercado Central de nuestra capital y degustamos el aperitivo en dos lugares con solera: Casa Montal y Bodegas Almau.  Una ruta que recomiendo a los zaragozanos y a los que nos visitan, no se realiza todas las semanas, por lo que no siempre puede hacerse si no coincide con los días establecidos.

Depósito para servir cerveza
Uno de los comedores de la tienda-restaurante
 Comedor de la planta superior de Casa Montal

Migas con uvas

Antigua caja registradora

Ahora bajamos al sótano para ver el pequeño museo sobre la desaparecida Torre Nueva y conocer qué ocurrió con ella.
La guía y su explicación

Guitarra de pino y abeto fabricada por Basilio Marín Ferrer con el segundo tramo de escaleras de la torre.  Por venderse se vendieron hasta los ladrillos de la torre para la edificación de inmuebles próximos.
La tienda de la cual les hablo fue fundada en 1919

Bodega de Casa Montal en cuyo sótano se encuentra el Museo

Decoración con antiguos relojes de bolsillo






Salmueras con aceitunas y Morcilla con pimientos de Bodegas Almau

 Una antigua bodega que ha pasado por tres generaciones.  Nos atendieron y explicaron cómo se inició este negocio. Recuerdo que cuando era niña y pasábamos por la estrecha callejuela del llamado "Tubo", era un local con toda clase de vinos.  Hoy tiene terraza y los jueves, conciertos gratuitos.

Estos sellos nos recuerdan lo que se vende en cada puesto del Mercado Central: aves,carnes, frutas y verduras, pescado, etc.  Los vemos como alegoría para cada tipo de producto.  Como todos los mercados antiguos, anterior a su edificación el comercio se realizaba en la plaza con soportales y al aire libre.
Mercado Central o de Lanuza, remodelado por última vez en 1986, fue diseñado por el arquitecto aragonés Félix Navarro en 1895

Capitel (cesta). Pueden verse en la decoración las palmas, las hojas de acanto y los racimos de frutas. Mercado Central.  Puerta de entrada.



Ahora vamos a repasar un poco de historia de La Torre Nueva, esta preciosa torre mudéjar fue un alminar que formó parte de una mezquita zagrí y se levantó en la que hoy es Plaza de San Felipe de Zaragoza, se le llamó la torre inclinada  o la torre del reloj, medía un poco más de 81 m. de altura y desapareció hace aproximadamente un siglo cuando alguien decidió que había que derribarla y la decisión tomada por el ayuntamiento también fue a causa de la presión ejercida por otras personalidades influyentes y no por esa desviación de casi 3 metros que dicen tenía.  La guía nos fue explicando cómo se opusieron los intelectuales contra este crimen artístico y cómo se alegó un peligro de ruina inexistente.

La escultura 
El escultor


En la actualidad lo que hemos recuperado es su memoria y encontramos en ese lugar la escultura de un muchacho sentado en el suelo, mirando hacia arriba como si la torre estuviera todavía.  Su figura, en bronce y a tamaño real lleva implícito un mensaje y un recuerdo permanente a la obra desaparecida.  Esta escultura hiperrealista es obra del escultor zaragozano Santiago Gimeno.

Nota: Intentos ha habido de deteriorar voluntariamente este monumento, como casi todos de la ciudad, siempre hay quien se dedica a dejar las huellas de su incultura y sin más razón que la destrucción como diversión.  Cuándo aprenderemos que el arte público es para todos los ciudadanos y  debería ser nuestro orgullo.

La torre dibujada y pintada por diversos artistas

En un azulejo pudimos leer la siguiente dedicatoria a la Torre Nueva:
Tú, Torre Nueva, que fuiste famosa, grande, hermosa y erguida cual mástil marinero.
Tus lamentos tan sólo se escucharán en la oscuridad del firmamento, no valdrán tus gemidos porque tu sentencia está escrita.
Tu historia y tu gracia mudéjar no serán argumentos suficientes para mantenerte en pie, la necedad y el abuso se encargarán de borrar tu pasado.
Tus balcones ya no sabrán de epopeyas insignes, sus ventanas abiertas al espacio nos dejarán paso a la ola de la modernidad.
Tu techo desprovisto de su armónico chapitel ya no albergará a esa juventud deseosa de conocerte y de admirar desde lo alto tu lugar de nacimiento.
Tus llaves, de dientes afilados pero corroídos por los años, no abrirán ni cerrarán con facilidad el candado de la cultura, los errores, fruto de los ineptos difícilmente pueden corregirse.
Tu reloj, mudo para la inconsciencia de muchos, ya no contará las horas, señalar los minutos sería pretender lo imposible.
Tu precio por visita ya no será la perra gorda de antaño, el futuro se sentirá ciego e incapaz de pagar con moneda alguna, porque ya no existirán billetes ni compradores.
Tu muerte apresurada nos sirva para mantener en pie y con ilusión el camino del progreso; tu serás en adelante la semilla, juez y árbitro de los destinos del Pueblo que te dio la vida.



Reloj de la desaparecida Torre Nueva de Zaragoza

Llave de la puerta principal.  Réplica

Vean a mi amiga Mª Teresa en el trance de sujetar su vestido, venida de otras tierras ignoraba por completo la fuerza con la que sopla el cierzo en Zaragoza, no tuve otra que cantarle esta jota de Cándido Loscertales que podría aplicarse a las faldas de una mujer:


"Al pasar el Puente Piedra
sujeta bien el sombrero,
si no quieres que se vaya
a dar un bañico al Ebro"