Foto: He realizado este pequeño montaje con fotografías que yo misma hice en distintos países, con ellos quiero mostrar los prejuicios de algunas familias adoptantes, naturalmente y en prueba de lo que estamos viendo, hay muchas que no piensan así.
Escuchaba anoche un programa de radio con un tema que acaba de salir a la luz referente a las devoluciones de niños por parte de las familias adoptivas, al parecer más de 70 niños en una década. La periodista no cesaba de decir a todos los invitados: “no entra en mi cabeza”, “no lo puedo creer”….
Afortunadamente llamó al programa un educador que desde mi punto de vista aportó algo de claridad y también lo hizo una madre adoptiva de dos niños, ahora ya mayores cuyos hijos han llegado a maltratarla físicamente, por suerte decía ella, su marido la comprende y la apoya y en tan duros momentos ha estado presente sin desentenderse de lo que ha sido un serio problema familiar, al parecer ya controlado.
Como quiera que para abordar cualquier tema se precisan todas las partes implicadas, estas dos intervenciones me parecieron muy oportunas aunque creí adivinar que no fueron consideradas como merecían, la periodista preguntaba: ¿no se habrá concedido la idoneidad con demasiada alegría? Y yo en mi casa le lanzaba otra pregunta ¿no se habrá denegado la idoneidad injustamente en algún caso?. Seguramente sí, pues detrás de las instituciones hay personas y las personas nos equivocamos, quizás unas visitas con un psicólogo y un trabajador social no sean suficientes para valorar si una persona es o no capaz, lo que sí nos gustaría a la audiencia es saber las razones de peso que impulsaron a estas 70 familias para hacer lo que hicieron, si las desconocemos no podemos opinar. Vivir un problema dentro de casa, no es lo mismo que conocerlo a través de un titular de prensa.
Hablamos de una idoneidad para los solicitantes y hemos de hablar de cómo han preparado las instituciones a esos niños y en qué condiciones se encuentran. El niño debe ser protegido pero también las familias viven la incertidumbre, muchas veces ignoran que el camino no será de rosas, el tema es serio, se olvida que habrá que superar dificultades y si de por sí la adolescencia es una etapa llena de cambios, en los chicos adoptados las dificultades serán añadidas y de eso, o de los pequeños y lentos avances del menor habrá que ser consciente aportando paciencia al día a día.
Me decía hace pocos días, una madre adoptiva de niño dominicano, que en el colegio llamaban a su hijo Kunta Kinte, me contaba un amigo pocos días después de la adopción, que todo había ido bien pero que el niño se estaba adaptando y "tenía sus cosas", me decía una niña adoptada que en el colegio le decían: "tus padres son muy graciosos, siendo tan oscura te pusieron de nombre Clara", no son chistes, son anécdotas de la vida real. Lo más reciente que me me sucedió con una niña adoptada fue lo siguiente, le hice la típica pregunta, si estaba contenta y quería mucho al nuevo hermanito, también adoptado, la niña me respondió muy seria: "fuimos a la India a buscarlo, nos dieron este y dicen que tengo que quererlo, pero yo no lo conozco de nada". No se rían, el vínculo afectivo no es espontáneo, requiere su tiempo.
Me decía hace pocos días, una madre adoptiva de niño dominicano, que en el colegio llamaban a su hijo Kunta Kinte, me contaba un amigo pocos días después de la adopción, que todo había ido bien pero que el niño se estaba adaptando y "tenía sus cosas", me decía una niña adoptada que en el colegio le decían: "tus padres son muy graciosos, siendo tan oscura te pusieron de nombre Clara", no son chistes, son anécdotas de la vida real. Lo más reciente que me me sucedió con una niña adoptada fue lo siguiente, le hice la típica pregunta, si estaba contenta y quería mucho al nuevo hermanito, también adoptado, la niña me respondió muy seria: "fuimos a la India a buscarlo, nos dieron este y dicen que tengo que quererlo, pero yo no lo conozco de nada". No se rían, el vínculo afectivo no es espontáneo, requiere su tiempo.
La contraportada del libro que os presento más abajo, asegura que la adopción es posiblemente la forma más plena y querida de tener hijos, al menos no llegan a la vida de sus padres por casualidad sino que han sido queridos y buscados previamente y quién mejor que dos periodistas, ambas madres adoptivas, mostrando su experiencia, con su lado positivo y negativo.
Foto: Este cuadro estaba en uno de los centros. Desconozco quién lo pintó pero a mi gustaba y lo quise fotografiar.
Que cada chico rescatado sea una persona digna porque la dignidad es la igualdad esencial de todos los hombres y no está en la riqueza ni en las cualidades físicas ni en la forma de pensar.
Recomiendo las siguiente bibliografía y otras fuentes que he localizado por mi cuenta para saber un poquito de la cuestión que abordamos:
- Libro “La adopción internacional”. José Ignacio Esquivias. 1998. Editorial Colex
- Testimonio del Padre Ángel García, fundador de Mensajeros de la Paz y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
- Película: “Los chicos del Coro”.
- Película: “Imitación a la vida” (protagonista Lana Turner)
- Película: “Adivina quien viene esta noche” de Spencer Tracy, Katharine Hepburn y Sydney Portier
- Libro “Sangre de mi sangre” de Rosa Regás. Ediciones Temas de Hoy
- Libro "Muñecas de porcelanas" de Vicente Castello
- Libro "La hija del Ganges" de Asha Miró
- Revistas de Aldeas Infantiles S.O.S. en España
- Libro: “Los hijos más deseados” de Pilar Cernuda y Margarita Sáenz-Díez, El País Aguilar.
Las adopciones en España han mirado hacia otros países debido a la disminución progresiva de niños ingresados, lo cual es una buena noticia pero seguramente en estos momentos volverá a alzarse por razones socio-económicas que todos conocemos, tampoco podemos olvidar el desequilibrio demográfico.
Portadas de dos libros útiles y prácticos. Aquí están las respuestas que muchas madres y padres esperan.
Portadas de dos libros útiles y prácticos. Aquí están las respuestas que muchas madres y padres esperan.
Los dos países que intervienen deben perseguir el objetivo de beneficiar al niño amparando ese derecho que tiene a crecer en una familia y a desarrollarse con normalidad. Desde mi opinión aquí nos encontramos con unos padres que desean tener un hijo y con un hijo que necesita sentirse querido y encontrar una vida mejor.
En España se ha apoyado a las familias biológicas para evitar dolorosas separaciones pero si a pesar de esa ayuda la situación se hace insostenible y los motivos son más que sobrados, se optará por la adopción como la mejor solución.
El adoptante sufre estrés causado por la situación, carga emocional, dudas, reflexión, maduración de ideas, largo tiempo de espera, considerable cuantía económica, gastos de gestión, desplazamientos, estancia en otro lugar, burocracia, necesidad de información veraz sobre la situación del niño, datos de salud por ejemplo que eviten experiencias tristes y entrañen riesgos ya que no debe informarse a los padres en el último momento de cualquier minusvalía sino previamente para que las circunstancias no sean una forma de presión.
Estoy convencida de que una familia de acogida, de manera temporal, es mucho más beneficiosa que la estancia en un centro, por mi mente pasan los niños que he conocido en centros, algunos en estos momentos, por edad, ya fuera de toda institución y me preocupa saber que su futuro ya es incierto y muy difícil, si a esto añadimos que alguno tiene enfermedad más o menos grave, que otros son mayores de 8 años y por tanto apenas solicitados, no me queda más remedio que cuestionar inevitablemente si serán recuperables o no en esta sociedad.
Ningún padre adoptivo puede borrar el pasado que ha vivido el menor desde bebé hasta ese momento (orfandad, abandono, negligencia, malos tratos físicos y psíquicos, abusos, cambios de instituciones, falta de atención médica, etc.), es la historia personal de cada uno, lo que sí puedo asegurarles es que no siempre un niño más pequeño está en mejor condición para ser adoptado, he llegado a ver todo lo contrario, niños muy pequeños tremendamente difíciles, con reacciones violentas y rencores enquistados, hasta cierto punto normal, ya que estos pequeños han sido muy vapuleados por la vida.
Lo que no parece correcto es inclinarse hacia países cuyos grupos étnicos tienen rasgos físicos y color de piel que nos satisface más, culturas hay muchas y tantas costumbres como idiomas, aquí si diría yo “no entra en mi cabeza” aunque es posible imaginar que no puede darse la privacidad de un adopción cuando el niño es de color o tiene rasgos de otro país, llevar de la mano a una niña china es mostrarle al mundo que eres madre/padre adoptivo, es algo tan evidente que si eso te condiciona también lo hará la actitud y opinión de tus vecinos o familiares.
Conocer e interesarse por el país de origen del hijo es una forma de valorar, respetar y en definitiva de que se quiera a sí mismo. El niño no nace al llegar al hogar, pretenderlo es generar desconfianza y entorpecer su evolución y lo lógico será que a cierta edad se interese por su pasado y circunstancias y hay que estar lo más abierto posible a compartir y hablar de esos temores que no son muestra de ningún problema sino deseo nada más de obtener la información vital que todo adoptado necesita, esto no implica que el niño vaya a conocer la identidad de los padres biológicos ya que es un dato que no siempre es facilitado a los adoptantes pero si se diera el caso, nada asegura que el niño quisiera volver con la familia biológica.
El trámite puede posponerse si uno no se siente preparado, en eso estamos de acuerdo, pero faltó en el programa de radio el testimonio de esas familias que aseguran haber vivido un “calvario”, que un día tomaron una decisión de la que arrepentirse para el resto de su vida. Como oyente me hubiera gustado saber dónde está el problema, sabemos que no es deseable que algo que se fragua con tanta ilusión acabe con un nuevo rechazo para el niño, como si fuera una mercancía, se oye de todo tipo de situaciones, incluso personas que son presa de las agencias que ven la adopción como un negocio lucrativo, adoptantes desprotegidos a quienes se dice que el niño tiene un “retraso psicológico” sin especificar a qué tipo de retraso se refieren, queda claro que ambas partes precisan ayuda profesional e información fidedigna, más que hablar, como se hizo en la radio, de la grandeza humana de unos y de la poca fortaleza moral de otros.
No me atrevería a juzgar sin conocer cada caso pero sí me choca que se produzca después de años de convivencia, en una edad complicada tanto para los hijos biológicos como para los adoptados. Yo creo que la dirección a seguir es luchar cuando aparecen los problemas, ¿no será que educar no es sencillo y todos creemos estar preparados sin estarlo?, no nos quedemos con lo negativo, experiencias adoptivas exitosas hay a miles. Damos por hecho que los adoptantes son capaces de amar a un hijo que "no es de su sangre", que han soñado a ese hijo y lo han abrazado antes de tenerlo, que tienen la formación que les permite afrontar con garantías de éxito esta experiencia, que su percepción es realista, sin desánimo ni actitud de abandonar, que el niño en esos años junto a sus padres adoptivos ha tomado un buen referente y que estos han sabido educar adecuadamente con buena autoridad, de no ser así, la devolución es equivalente al fracaso que estamos viendo.